En busca de los discos perdidos

Ah, sí: mucha gente de esa quinta hemos pasado por lo mismo. Nos vendieron la moto del cambio de los tiempos y de los formatos de registro, vendimos y regalamos a nuestros propios hijos (¡nuestros vinilos!) y ahora vamos mendigando recuperar sus crujidos por mercadillos y tiendas de segunda mano.Por supuesto, no me creo la mitad de lo que Spitznagel escribe, porque demasiado bien le sale la jugada; pero por eso el libro merece la pena: porque lo ha 'novelado', lo ha convertido en un escrito de aventuras y, además, tiene unos puntos de humor con los que conecto como un bobo que se reconoce en otro.Crónica generacional para melómanos irredentos, sí.

Buen libro, fácil de leer. Encuadernación aceptable. Retrata un sentimiento que tenemos al desprendernos de objetos que hemos tenido y que nos han dejado recuerdos.

Entretenido, pero algunas veces adorna tantu vivencia que hacen que sean inverosimiles .Para todo aquel amante de la musica y de los vinilos en los 30a o 40a que añora ciertos objetos de su infancia y de los momentos pasados.